La pérdida de Sderot: Shmuel Golima

La primera vez que oí hablar de la ciudad israelí de Sderot fue en la escuela secundaria, cuando mi centro comunitario estadounidense acogió a unos 30 niños israelíes, de entre 10 y 15 años, durante dos semanas en verano. Eran niños más o menos de mi edad y, en teoría, la única diferencia entre nosotros era nuestra nacionalidad. Pero había más.

Sderot es una pequeña ciudad situada a menos de un kilómetro y medio de la frontera entre Gaza e Israel. Aunque la mayor parte del tiempo se trata de un hecho insignificante, cada vez que aumentan las tensiones entre Hamás (la organización terrorista que gobierna Gaza) e Israel, Sderot es objeto de constantes disparos de cohetes. Los niños que nos visitaron habían vivido muchas de esas escaladas. Gran parte de su infancia la pasaron muy cerca de un refugio antiaéreo. Recuerdo que un niño me dijo que incluso los juegos de los parques de su ciudad tenían túneles y toboganes para proteger a los niños en caso de que se produjera un ataque con cohetes mientras estaban fuera. Estas medidas son necesarias cuando te disparan misiles y sólo tienes 10 segundos para correr y ponerte a cubierto.

Han pasado casi dos décadas desde aquel verano, pero Sderot ha permanecido en mis pensamientos. El 7 de octubre de 2023, cuando ocurrió una de las muchas (demasiadas para contarlas) atrocidades en la ciudad de Sderot, me dolió el corazón por aquellos niños con los que una vez jugué a la pelota y chapoteé en la piscina. ¿Dónde estaban ahora? Supuse que la mayoría de ellos seguían viviendo en Sderot, muchos con sus propias familias, como yo. Todos ellos tuvieron que proteger a sus familias aquel fatídico día y, tristemente, estoy segura de que algunos de ellos también perdieron familiares o sus propias vidas.

Sderot, una ciudad de unos 30.000 habitantes que ha soportado más de 20.000 ataques con cohetes desde 2001, siempre ha ocupado un lugar especial en mi corazón. Espero que después de leer esta historia y conocer la resistencia de Sderot y sus luchas actuales, no sólo sientas lo mismo, sino que también te sientas movido a apoyar a esta valiente comunidad en estos momentos de necesidad.

El 7 de octubre de 2023, Sderot se convirtió en un foco de tragedia cuando los terroristas de Hamás se infiltraron en la ciudad. De repente, las pacíficas calles se llenaron de violencia, y decenas de civiles perdieron la vida, entre ellos un grupo de supervivientes del Holocausto que se dirigían a unas vacaciones en el Mar Muerto. Los residentes de Sderot se encontraron atrapados en sus habitaciones seguras, rodeados por los aterradores sonidos de misiles, disparos y gritos.

Entre los que respondieron a la llamada para proteger Sderot aquel día estaba el sargento mayor Shmuel Golima, policía de 49 años. Shmuel, que emigró de Etiopía a los ocho años, no tenía que estar trabajando ese día. En cambio, debía estar celebrando la festividad de Simchat Torá con su esposa, Sima, y sus tres hijos: Elian, Oria y Elior. Pero cuando el deber le llamó, Shmuel respondió sin vacilar.

La historia de Shmuel ejemplifica el espíritu de abnegación que define a Sderot y al pueblo de Israel. Durante toda su vida se había dedicado a ayudar a los demás, desde los supervivientes del Holocausto hasta los hambrientos y los jóvenes de la comunidad. Aquella fatídica mañana de octubre, eran los habitantes de Sderot quienes le necesitaban, y él se presentó dispuesto a hacer el sacrificio definitivo para protegerlos.

Trágicamente, Shmuel nunca volvió a casa. Murió mientras luchaba contra terroristas de Hamás en la comisaría de policía, dejando tras de sí una familia devastada y una comunidad de luto. Pasaron doce angustiosos días antes de que se identificara su cadáver, durante los cuales su familia vivió en un estado de desesperada incertidumbre.

Shmuel en el dar a la izquierda, con su mujer y sus 3 hijos

La pérdida de Shmuel ha dejado un inmenso vacío en la vida de sus seres queridos. Sima se enfrenta ahora a la desalentadora tarea de criar sola a tres hijos, gestionar las responsabilidades domésticas y hacer frente a la pérdida de los ingresos y el apoyo de su marido. La carga económica y emocional de la familia Golima, como la de muchas otras familias de Sderot, es abrumadora.

Pero la historia de Shmuel es sólo una de las muchas historias desgarradoras de Sderot. Los habitantes de la ciudad se han enfrentado a enormes desafíos tras el ataque. Muchos fueron desplazados por su seguridad, obligados a dejar atrás sus casas, escuelas y negocios para vivir en hoteles. Incluso ahora, cuando regresan a su ciudad, viven bajo la amenaza constante de los ataques con cohetes de Hamás.

La resistencia de los habitantes de Sderot frente a las continuas amenazas es notable, pero necesitan apoyo para reconstruir sus vidas y asegurar su futuro. El trauma del 7 de octubre ha dejado profundas cicatrices en la comunidad, y el camino hacia la recuperación será largo y difícil.

Aquí es donde podemos marcar la diferencia. Contribuyendo a los esfuerzos de ayuda a Sderot, podemos proporcionar asistencia crítica a quienes han perdido a seres queridos, ayudar a reconstruir las viviendas e infraestructuras dañadas y ofrecer apoyo psicológico a los residentes traumatizados. Nuestro apoyo puede ayudar a garantizar que los niños de Sderot puedan volver a jugar sin miedo, y que las familias puedan esperar un futuro más pacífico.

Las necesidades en Sderot varían considerablemente. Familias como los Golima necesitan ayuda económica para hacer frente a la repentina pérdida de ingresos y a los mayores gastos de la monoparentalidad. La infraestructura de la ciudad necesita reparaciones y refuerzos para protegerse de futuros ataques. Los servicios de salud mental son cruciales para ayudar a los residentes, especialmente a los niños, a procesar el trauma que han experimentado y a desarrollar resiliencia para el futuro.

Además, apoyar a Sderot es algo más que atender las necesidades inmediatas. Se trata de invertir en el futuro de una comunidad que durante mucho tiempo ha sido un símbolo de resistencia ante la adversidad. Al apoyar a los habitantes de Sderot, enviamos un poderoso mensaje de que no están solos, de que su sufrimiento no ha pasado desapercibido y de que hay esperanza en un mañana mejor.

Tu generosidad puede ayudar a pasar página en este oscuro capítulo y devolver la luz a las vidas de quienes llaman hogar a Sderot. Cada contribución, sea cual sea su cuantía, puede tener un impacto significativo a la hora de ayudar a esta comunidad a recuperarse y reconstruirse. Desde proporcionar ayuda económica a las familias en duelo hasta financiar programas educativos para niños o apoyar a las empresas locales en su reapertura, hay innumerables formas en que tu donativo puede marcar la diferencia.

El camino que tiene por delante Sderot no será fácil, pero con nuestro apoyo, sus residentes pueden empezar a reconstruir sus vidas y mirar hacia un futuro más pacífico. Permanezcamos unidos con Sderot y con Shmuel, honrando la memoria de los perdidos y apoyando a los que quedan, mientras trabajan para crear una comunidad más fuerte y resistente para las generaciones venideras.

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