Shmuel Golima murió luchando contra Hamás en Sderot, dejando mujer y tres hijos. La carga económica a la que se enfrenta ahora su familia es pesada… pero tú puedes ayudar. Tu apoyo es inestimable y ayudará a los Golima, y a otras familias en duelo de Sderot, en estos momentos oscuros y difíciles.
El sábado 7 de octubre, el sargento mayor Shmuel Golima no debía estar trabajando. Debía estar en la sinagoga con su familia, celebrando la festividad de Simchat Torá. En lugar de eso, tras recibir una llamada para que acudiera, Shmuel se encontró despidiéndose de su esposa y dirigiéndose al trabajo por última vez.
Tras hacer aliá desde Etiopía cuando tenía ocho años, Shmuel se casó con Sima. Juntos tuvieron tres hermosos hijos: Elian, Oria y Elior. La familia Golima vivía en la ciudad meridional de Sderot, donde Shmuel trabajaba como agente de policía.
Cuando Shmuel se dirigió a la comisaría el 7 de octubre, nadie sabía las horribles tragedias que se avecinaban.
Cuando Shmuel llegó a la comisaría, los terroristas de Hamás ya habían llegado a la comisaría. Los terroristas disparaban a todo el mundo.
Pero Sima no tenía ni idea de lo que estaba pasando ni de dónde estaba su marido. Cuando él no respondió a sus llamadas, ella supo que algo iba muy mal. Se pasó todo el día intentando ponerse en contacto con alguien que pudiera decirle dónde estaba su marido.
Hasta las 2:30 de la madrugada, cuando los agentes de policía se presentaron en su casa, no se confirmó que Shmuel había llegado a la comisaría. Pero eso era todo lo que sabían.
¿Estaba vivo? ¿Estaba herido? ¿Muerto? Nadie lo sabía con certeza.
Doce días después, sin embargo, la peor pesadilla de todos se confirmó cuando se identificó el cadáver de Shmuel. Shmuel murió luchando contra terroristas de Hamás.
Pero Shmuel murió como vivió. A Sima no le sorprendió que Shmuel fuera a trabajar aquella fatídica mañana del 7 de octubre, porque siempre respondía a la llamada de ayuda. Iba allí donde le necesitaban y se entregaba para ayudar a quien podía. Shmuel se pasó la vida ayudando a todos, desde los supervivientes del Holocausto hasta los hambrientos y los jóvenes de la comunidad.
El 7 de octubre, eran los habitantes de Sderot quienes le necesitaban, así que se presentó, dispuesto a sacrificar lo que hiciera falta para protegerlos. ¿El precio? Su vida.
Con sólo 49 años, Shmuel murió demasiado joven, con toda una vida por delante. Dejó tras de sí un legado de bondad, pues dedicó su vida a ayudar a los necesitados.
Por desgracia, la familia Golima no es la única familia de Sderot que sufre. El 7 de octubre, muchas familias de Sderot sufrieron pérdidas desgarradoras al morir sus seres queridos a manos de Hamás.
La mayoría de los habitantes de Sderot fueron desplazados por su seguridad, dejando atrás su comunidad, casas, escuelas y negocios para vivir en hoteles. Ahora, tras haber regresado, viven bajo una amenaza constante, corriendo con frecuencia en busca de refugio mientras los cohetes de Hamás llueven sobre sus casas.
Estas familias necesitan más que nunca tu apoyo y solidaridad para reconstruir sus vidas y asegurar su futuro.
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