El campo de batalla siempre da miedo. Desde el 7 de octubre, gran parte de Israel se ha transformado en uno. Desde Gaza hasta la frontera norte con Líbano, los soldados israelíes luchan para proteger a judíos y cristianos de todo el mundo.
Pero el campo de batalla también se encuentra en las comunidades del norte y el sur de Israel que han quedado desoladas porque sus habitantes -500.000 personas- se han visto obligados a huir de sus hogares por su seguridad.
Para estas familias desplazadas, el campo de batalla es también mental. Uno sólo puede imaginarse el peaje que supone vivir en una zona de guerra, no en tu propia casa, e intentar que cada día parezca lo más «normal» posible.
Aunque no podemos ocupar el lugar de nadie en el campo de batalla mental, podemos ofrecerle apoyo para ayudarle a gestionarlo.
Gracias a tu generoso apoyo, patrocinamos dos actos para familias desplazadas, dirigidos por el equipo Dale Carnegie Israel, sobre la gestión del estrés y las preocupaciones.
El equipo tuvo el privilegio de reunirse con familias tanto del sur como del norte de Israel. Estas familias habían sido evacuadas de sus hogares, algunas ya desde los trágicos acontecimientos del 7 de octubre de 2023.
Se centraron en ayudar a estas familias a superar el inmenso estrés y la preocupación que habían afectado profundamente a sus vidas. Juntos, exploraron sus mecanismos de afrontamiento y sus respuestas emocionales.
Descubrieron que algunos participantes estaban angustiados, luchando con el peso de sus experiencias, y otros sentían que mejoraban gradualmente con el tiempo. A unos pocos les parecía que la presión aumentaba a medida que pasaban los días. Algunos participantes abogaron por aprovechar el día, centrarse en el presente y dejar de lado las preocupaciones por el pasado o el futuro. Esta mentalidad, creían, aliviaría su carga.
Por ejemplo, tuvieron noticias de Sarit, que huyó de Ashkelon con su marido y sus dos hijos el 11 de octubre. A pesar de seguir trabajando, Sarit se enfrentaba a dificultades. Todos sus clientes estaban en el sur de Israel, y su marido se desplazaba diariamente hasta allí. En su sesión, Sarit expresó alivio al compartir sus sentimientos y temores. Se comprometió a mantenerse ocupada y a dedicar parte del día a una afición, con la esperanza de que le proporcionara más consuelo.
En medio de la angustia, nos encontramos con participantes que tenían una notable capacidad de recuperación. Daniel, un estudiante de 23 años del Norte, se sentía solo y perdido. Sin embargo, perseveró. También conocimos a Jorge, un octogenario que se había enfrentado a los retos de la vida tanto en Argentina como en Israel. Mantenía la calma y era optimista, y su único deseo era volver a casa, a su kibutz, lo antes posible.
Fue increíble ver que la gente alternaba la resiliencia con momentos en los que se sentía abrumada.
Estamos orgullosos de habernos asociado con el equipo de Dale Carnegie Israel para estar al lado de estas familias, ofreciéndoles apoyo, empatía y herramientas prácticas para navegar por su viaje emocional.
Estas familias siguen necesitándonos y, mientras nos necesiten, estaremos a su lado. Pero sólo podremos seguir prestándoles este apoyo esencial si tú sigues haciéndolo generosamente.
Haz un donativo aquí para ayudar a aliviar la carga de estas valientes almas.