La bendición sacramental sobre el vino en el Sabbat judío es fundamentalmente lo que santifica el día, convirtiendo un sábado ordinario en el Sabbat sagrado judío. Rutinariamente, el vino para esa bendición está contenido en una hermosa copa que honra el momento de la santificación y permite a la gente reflexionar sobre el día de descanso y la creación del mundo por Dios. Lo ideal es que esa pausa para la reflexión acompañe a la oración del Kiddush.
Esta copa de Kiddush, fabricada en plata de ley (marcada como 925) por Caspi Silver, con electroformado, representa los muchos productos elegantes que saca la empresa. En general, Caspi Silver ofrece una gama de artículos de gran calidad, desde objetos judeocristianos hasta joyas, figuritas, réplicas de museo y todo tipo de regalos para cualquier ocasión, ya sea el Día de la Madre, la graduación universitaria o una boda. Caspi Silver tiene su sede en Netanya (Israel) y está formada por un equipo de artistas internos que se encargan de crear nuevos y bellos artículos para satisfacer las preferencias de los clientes, incluso lanzando deslumbrantes ideas de diseño que quizá los clientes no hubieran concebido por sí mismos. Esta copa de Kiddush es una de ellas.
Según los Sabios, se puede utilizar casi cualquier material para elaborar una copa de Kidush, siempre que la copa resultante sea un objeto digno que honre su contenido y su propósito para el día (una copa de plástico desechable, por ejemplo, estaría mal vista). Sin embargo, hay varios casos en la Torá en los que se alude a copas o cálices de plata en un contexto significativo. Uno que me viene a la mente es el relato bíblico de José. Cuando Iosef actúa como Alto Consejero en Egipto, utiliza su cáliz de plata, en un complot para poner a prueba la virtud de sus hermanos. Las copas de plata se asocian entonces continuamente con un estatus elevado, el honor y la belleza.
Tradicionalmente, muchas copas de Kiddush se han hecho de plata. Lo que hace inusual a esta copa en particular es la silueta escénica de la ciudad santa de Jerusalén que adorna el cuerpo de la vasija. La atención al detalle, diseñada por artistas, hace que este motivo de Jerusalén destaque sobre los demás. Imitando el terreno montañoso, los diseños ondulan alrededor de la circunferencia de la taza y adornan toda la superficie con las vistas de Jerusalén.
Además de la propia línea del horizonte, la palabra «Jerusalén» aparece tanto en hebreo como en inglés, una vez en cada lado opuesto de la copa, para que nadie que la manipule se quede con la duda. La copa en sí es una forma inusual de llevar un trocito de Tierra Santa a casa, pero hay pocas cosas tan llamativas como el horizonte de Jerusalén una vez que se ha visto. Utilizar esta copa, ya sea para el Kiddush o para cualquier otro fin, sin duda aporta dignidad y honor al contenido de la copa, al usuario y al acontecimiento que honra.