Vuestra generosidad ha traído momentos de alegría a una familia que lo ha sacrificado todo por Israel. Gracias a vuestros donativos, Neora Swid y sus tres hijas pudieron disfrutar de algunos momentos de alegría y relajación, algo difícil de conseguir desde que perdieron a su querido Bechor el 7 de octubre.
Para quienes no conozcan su historia, el sargento mayor (res.) Bechor Swid dio su vida defendiendo a los ancianos residentes de Pri Gan de los terroristas de Hamás. Sin dudarlo -ni siquiera detenerse a coger su fusil- se apresuró a proteger a quienes no podían protegerse a sí mismos. Así era Bechor, como dice Neora: «Siempre fue un luchador. Nunca se rendía».
Viviendo a sólo 700 metros de Gaza, en el kibutz Shlomit, la vida no ha sido fácil para Neora y las niñas. Las sirenas constantes, el cierre de las escuelas y el gran peso de la pérdida hacen que cada día sea un reto. Por eso estos viajes recientes significaron tanto para ellas.
En Israel, la familia pasó un tiempo precioso junta montando a caballo, creando cerámica, chapoteando en la piscina y disfrutando de la Lunada. Incluso viajaron a Estados Unidos, donde las niñas pudieron experimentar la sencilla alegría de comprar ropa nueva y regalos, momentos normales que lo son todo cuando te estás curando de un trauma.
«Nos fuimos de vacaciones juntos y nos divertimos», dijo Neora con sencillez, pero esas palabras tienen mucho significado. Cada sonrisa, cada momento de normalidad, es un paso adelante para esta familia.
Aunque estos viajes ofrecen hermosos descansos, la realidad cotidiana permanece. Neora sigue criando sola a sus tres hijas mientras gestiona las facturas y se asegura de que sus hijas tengan ropa y comida, todo ello mientras vive con el dolor que supone perder a tu marido y al padre de tus hijas.
Tu apoyo ha hecho que esta carga sea más llevadera, pero aún no están fuera de peligro. Tu apoyo continuado ayudará a garantizar que esta familia tenga lo que necesita para construir su futuro.
Bechor lo dio todo para proteger a Israel. Juntos, podemos asegurarnos de que su familia sepa que no está sola.
