Este verso profético capta la esencia de nuestra misión, en la que trabajamos para dar nueva vida al Corazón Bíblico de Judea y Samaria. Las colinas que antaño florecieron con viñedos y olivares están reviviendo con nuevas plantaciones, reconectándonos con la antigua herencia de esta tierra sagrada.
Con la compra de una línea de agua de 1 kilómetro, estamos dando un importante paso adelante para garantizar que los árboles que plantemos prosperen. Este sistema de riego proporcionará el agua necesaria para sostener los árboles jóvenes, permitiéndoles crecer y florecer en el terreno seco. Al nutrir la tierra, estamos cumpliendo la antigua promesa de prosperidad y renovación de esta región histórica.

Judea y Samaria son fundamentales en la historia de nuestro pueblo, un lugar donde se desarrollaron los mayores acontecimientos de la Biblia. Al plantar árboles aquí, no sólo estamos revitalizando el paisaje, sino también reforzando la profunda conexión entre la tierra, nuestro pasado y nuestro futuro. El acto de plantar y cuidar estos árboles es una forma poderosa de garantizar que esta tierra siga prosperando, como lo ha hecho durante miles de años.
Cada árbol plantado en esta región es un símbolo de crecimiento, resistencia y del viaje continuo para restaurar la belleza natural y la abundancia del Corazón Bíblico. Este proyecto aporta nueva vida a la región y sostiene la visión de una Judea y Samaria florecientes, tal como predijeron los profetas.
Estamos profundamente agradecidos a quienes han hecho posible esta visión, ya que juntos vemos cómo estas colinas vuelven a la vida.
