A menudo recibo peticiones de oración de nuestros queridos lectores de Israel365, y me conmueve la comunidad virtual tan unida que hemos creado juntos a través de nuestro amor compartido por Dios, la Biblia y la Tierra de Israel. Hoy me dirijo a vosotros, queridos amigos, con una petición personal de oración.
Durante los últimos cinco días, he estado con mi padre día y noche en la unidad de cuidados intensivos de la Universidad Estatal de Ohio. Lleva varios años luchando contra el cáncer, con complicaciones que se han ido gestando en las últimas semanas, y hoy va a someterse a una intervención importante.
Aunque la Biblia suele referirse a las personas con el nombre de su padre (David, hijo de Jesé), la práctica judía consiste en rezar por una persona enferma no sólo utilizando su nombre hebreo, sino mencionando el nombre de su madre, y así Te pido que reces por la curación de Meir Itzjak ben (hijo de) Pessel.
A título personal, cualquiera que me conozca o que esté conectado a través de Israel365, debe saber que creo firmemente que vivir en Israel es una bendición increíble. Sin embargo, es especialmente difícil dejar atrás a la familia. Las primeras palabras de Dios a Abraham para que se estableciera en la Tierra Prometida le exhortan a «irte de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré» (Génesis 12:1). Eso formaba parte del desafío a la fe de Abraham: dejar atrás la casa paterna y a su familia. Del mismo modo, cuando nos trasladamos a Israel hace 8 años, lo más duro ha sido vivir tan lejos de nuestra familia. En mi caso, dejar la casa paterna ha sido especialmente difícil, sobre todo desde que a mi padre le diagnosticaron cáncer de páncreas poco después de mudarnos a Israel.
Por desgracia, el cáncer de páncreas es una enfermedad terrible con tasas de supervivencia muy bajas. Dado que la enfermedad se propaga silenciosa y rápidamente, la mayoría de la gente sólo vive unos meses tras el diagnóstico; sin embargo, nosotros hemos sido realmente bendecidos. Cuando diagnosticaron a mi padre hace siete años, formaba parte de la escasa minoría de candidatos a la cirugía.
El día de la operación, hace seis años y medio, pedí a los lectores de Israel365, tanto judíos como no judíos, que rezaran por mi padre. Recuerdo estar sentada en la sala de espera con mi madre y leerle en voz alta tantos correos electrónicos conmovedores que llegaron de todo el mundo y que reconfortaron tanto a nuestra familia. Y así Cuando el cirujano salió tras la operación de 13 horas y nos dijo emocionado que la operación había sido un éxito, supe que había sido gracias a las fervientes oraciones de tantos amigos íntimos y completos desconocidos. Fuimos verdaderamente bendecidos con un milagro, sobre el que escribí en el aniversario de su operación, «Dios puede incluso extirpar el cáncer.»
Por eso, una vez más, os pido a vosotros, los lectores de Israel365, que os habéis convertido en una gran familia para mí, que recéis por mi padre.
Por muy maravillosas que sean las enfermeras y por muy hábiles que sean los médicos, no hay nadie que pueda proporcionarnos todo lo que necesitamos, excepto Dios. Ayer mismo hablaba con papá de cómo Hashem nos rodea de amor en todo momento, incluso -especialmente- durante los días más difíciles, y nos ha dado el gran don de la oración para crecer y acercarnos a Él. Hoy nos ponemos alegremente en Sus manos sanadoras y suplicamos al Misericordioso que nos conceda un » Refuah Shelema«, una recuperación completa, a Meir Yitzchak ben Pesel. Mi familia leerá hoy los Salmos, especialmente Salmo 91, Salmo 121 y Salmo 130 y te invito a invocar con nosotros las palabras eternas del rey David.
«¿De dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene del Señor, Creador del cielo y de la tierra».
Que nuestra familia Israel365 comparta buenas noticias entre sí y que nuestro Dios Misericordioso conceda a todos nuestros seres queridos enfermos un «Refuah Shelema¡una curación completa!