Cuando hablamos de tratar enfermedades infantiles, a menudo nos centramos en los aspectos médicos: los medicamentos, los procedimientos, las estancias en el hospital. Pero hay otro elemento crucial de la curación que ocurre entre bastidores: la terapia emocional. Hoy queremos compartir contigo cómo tus generosos donativos han marcado una diferencia vital en este ámbito.
Gracias a tu generoso apoyo, hemos podido proporcionar terapia emocional crucial a los cinco hijos de Sigron mientras atraviesan la difícil travesía de su familia. Hace dieciocho meses, sus vidas cambiaron radicalmente cuando a Talía, de 19 años, le diagnosticaron leucemia tras lo que inicialmente parecían síntomas de gripe. Desde entonces, la rutina de la familia ha estado marcada por los tratamientos de quimioterapia, las estancias en el hospital y la vigilancia constante que conlleva la lucha contra el cáncer.
Aunque los gastos médicos son significativos, creemos que invertir en el bienestar emocional de los niños es igualmente importante, y tus donativos lo han hecho posible. La terapia profesional ha proporcionado a Renana (17), Yuval (14), Hallely (12) y la pequeña Shira un espacio seguro para procesar sus sentimientos y desarrollar estrategias de afrontamiento mientras navegan por la vida con una hermana gravemente enferma. Los niños han aprendido a manejar la incertidumbre de los cambios de planes, las largas estancias en el hospital y los momentos en que sus padres tienen que centrarse en los cuidados de Talía. Estas sesiones continuas de terapia suponen un gasto considerable, pero hemos visto de primera mano cómo fortalecen la capacidad de recuperación de toda la familia.
Queremos ser transparentes: mantener un apoyo emocional constante mediante terapia profesional es costoso, pero marca una diferencia real. Los niños están mejor preparados para afrontar sus difíciles circunstancias, y toda la familia se beneficia de este apoyo. Vuestros donativos han hecho posible que podamos atender tanto las necesidades médicas como las emocionales de familias como los Sigron.
Gracias por ayudarnos a proporcionar una atención integral a estos niños. Tu apoyo continuado garantiza que, mientras luchamos en la batalla física contra la enfermedad, también estamos protegiendo y alimentando estos jóvenes corazones y mentes.