Cuando apoyas a las viudas de Israel, no sólo las ayudas, sino que te posicionas para recibir la bendición de Dios. Esto es un pacto. Asà es como funciona la fe.
✓ Deducción fiscal 501(c)(3) ✓ Donación segura
Una madre de Jerusalén acaba de volver a aguar la sopa. Sus hijos ya no se quejan: están acostumbrados a acostarse con hambre.
Una abuela de Haifa sostenÃa la notificación de desahucio entre sus manos temblorosas. Treinta dÃas. ¿Adónde va una viuda de 73 años?
Una joven viuda de Be’er Sheva mira la foto de su marido. Murió defendiendo Israel. Ahora ella no puede pagar la medicina de su hija.
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Dos actos de fe que bendicen el corazón de Israel
Empieza con la oración. Reza por las viudas de Israel, para que Dios las consuele, fortalezca a sus familias y les devuelva la esperanza.
Luego, actúa según tu oración.
Tu donativo convierte la oración en acción, proporcionando alimentos, alquiler y cuidados a las mujeres necesitadas.
Tu oración invita a la bendición del cielo; tu don la trae a la tierra.
Es tu momento de actuar
«Defiende la causa del huérfano; defiende el caso de la viuda». - IsaÃas 1:17
Una y otra vez, a lo largo de la Biblia, Dios ordena a Su pueblo que cuide de las viudas.
Esto no es opcional, es un deber sagrado.
Las personas de fe están junto a las viudas de Israel no sólo por compasión, sino por obediencia al pacto.
Cuando das, obedeces la Palabra de Dios y bendices a Israel en la tierra donde comenzó ese mandato.
Deja de hablar de bendecir a Israel. Hazlo.
Tu donativo proporciona:
✓ Alimentos para familias que hacen una comida al dÃa
✓ Alquiler que mantiene a las viudas fuera de la calle
✓ Las ancianas racionan los medicamentos para sobrevivir
✓ Calefacción en invierno para abuelas que viven solas
✓ Esperanza para las mujeres que pensaban que Dios las habÃa olvidado
El antisemitismo estalla en todas las naciones. La ONU condena a Israel. Los estudiantes universitarios piden su destrucción. Los lÃderes mundiales cuestionan su derecho a existir.
Pero tú sabes la verdad. Conoces Génesis 12:3. Sabes que el pacto de Dios nunca caduca.
Cuando das a las viudas de Israel, haces una declaración que resuena en el cielo:
«No abandonaré a Tu pueblo. No abandonaré Tu tierra. Elijo la bendición sobre la maldición. Elijo la obediencia sobre el silencio».
No se trata de polÃtica. Se trata de saber de qué lado estás.
Tu dinero va directamente a las viudas a través de socios locales verificados. Sin despilfarro. Sin burocracia. Sólo comida, alquiler y esperanza entregados a mujeres que rezan para que alguien aún se preocupe.
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La bendición de Génesis 12:3 no espera. ¿Por qué deberÃas esperar tú?
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