Bailando por la vida

Binyamin tenía una sonrisa que iluminaba la habitación y una personalidad que alegraba a todos los que le conocían. Era un joven alegre al que le encantaba bailar. Aunque estamos destrozados por su pérdida, nos dimos cuenta de que la única forma de honrarle adecuadamente era llevar alegría a los demás… ¡y festejar como sólo Binyamin sabía hacerlo!